Los amantes de la fauna silvestre, y sobre todo quienes se dedican al avistaje de aves, saben de primera mano que la actividad es una gran excusa para viajar y conocer destinos naturales. Paciencia y ganas de caminar son dos características esenciales para el “bird watching”, como se lo conoce en el mundo. Lo más importante es que no necesita mucho: bastan un par de binoculares, una lapicera o lápiz y la guía que sirve para anotar y reconocer especies.
Uno de los puntos preponderantes que tiene el territorio bonaerense es el paisaje protegido “Delta Terra”, situado sobre el arroyo Rama Negra Chico, en la primera sección de islas del Paraná, partido de Tigre. Con una superficie de 22 hectáreas, sobresalen las actividades de senderismo interpretativo, observación de flora y fauna, espacios propicios para contemplación y meditación, práctica de remo y fotosafaris.
En el área protegida funciona, además, un pequeño centro de rescate y rehabilitación de fauna silvestre autóctona rioplatense. La bióloga Marina Homberg, de la Fundación Azara, contó que “recepcionaron alrededor de 950 animales, de los cuales el 60% logró reintroducirse en la naturaleza”.
El sector cuenta con unas 120 especies de aves y espejos de agua, como una laguna y bañados donde los visitantes pueden apreciar a las garzas blanca, mora y bruja, además de gallaretas, chajaes y diferentes especies de patos. Una de las más buscadas es el caracolero, un ave rapaz de pico ganchudo que utiliza como herramienta para extraer a los caracoles de sus valvas.
Homberg señala que “el Delta del río Paraná es un ambiente sumamente diverso, complejo en su funcionamiento y con una riqueza de procesos naturales fascinantes. En Delta Terra realizamos actividades de avistaje de aves en pequeños grupos y la experiencia es siempre muy gratificante. Las personas se entusiasman con el desafío de encontrar e identificar aves y todo esto sucede en un entorno donde los únicos sonidos son los que ellas producen y los de la propia naturaleza”.
Cada sección de la reserva tiene su atractivo: “En los arroyitos habitan las especies pescadoras como el biguá común y los martín pescador, dentro del bosque del albardón se puede avistar la pava del monte, el juan chiviro, el carpintero real, la tacuarita azul, los zorzales colorado y blanco, la calandria, el boyero, el benteveo, el fio-fio pico corto, la ratona común, y el tordo músico”, entre una enorme variedad, explica Homberg, quién se encarga de coordinar los monitoreos de biodiversidad del Observatorio Ambiental del Delta del Municipio de Tigre.
El Delta Terra ofrece servicios de guía y guardaparques. Allí se puede visitar el “Deli & Café La Pasionaria” un lugar cuyo diseño arquitectónico se mimetiza con el entorno natural.
La única forma de llegar es en embarcación particular o de alquiler. Se navega hasta el muelle sobre el arroyo Espera y desde allí el turista camina hacia la reserva por el borde del arroyo Rama Negra Chico.