Una historia de lluvia, tรบneles y sonrisas compartidas

El punto de partida: Salamanca nos espera
Todo comenzรณ en el Hotel Corona Sol de Salamanca.
Siete habitaciones reservadas con anticipaciรณn, el bus de Sanalรณn confirmado y las indicaciones del Camino del Hierro perfectamente organizadas.
Nada podรญa fallar.
Fuimos catorce valientes los que respondimos al llamado.
ยฟQuiรฉn nos reuniรณ? Exacto, el Pรกrroco.
Junto a รฉl, viejos conocidos de otras rutas: Raquel (la Organizadora), Almu (la Rectora), Luisito (nuestro Mรขitre), Lorena, Amada, y quien escribe.
Los demรกsโฆ bueno, dejรฉmoslos como misteriosos protagonistas de futuras aventuras.
Como siempre, la cita fue en Chamartรญn, en un AVE madrugador, casi con horario de misa.
Menos de dos horas despuรฉs, ya estรกbamos en la bella estaciรณn de Salamanca, donde el cielo nos recibiรณ con su particular bendiciรณn: lluvia.

Salamanca, preludio de aventuras
Apenas cruzamos la estaciรณn, una pulperรญa frente a la entrada nos robรณ una sonrisa.
Nos recordรณ viejas rutas, anรฉcdotas, y esas sobremesas que se convierten en leyenda.
Caminar hasta el hotel fue corto pero lleno de entusiasmo.
La recepciรณn fue impecable: sonrisas sinceras, buena predisposiciรณn y una frase que nos quedรณ grabada:
โNo se preocupen por sus amigos, nosotros nos ocupamos de darles la bienvenida.โ
Uno a uno fueron llegando los aventureros, llenando el hall con abrazos, planes y risas.
Esa tarde, Salamanca nos abriรณ sus calles como si ya nos conociera.
Recorrer la Plaza Mayor, la Basรญlica de San Esteban, la Universidad Pontificia o la Universidad de Salamanca fue como atravesar siglos de historia.
Entre encuentros improvisados y saludos emocionados, nos reunimos todos.
Algunos ya habรญan compartido rutas, otros solo habรญan leรญdo nuestras crรณnicas.
Pero ahora estรกbamos juntos, compartiendo mesa y tapas en un bar local, bajo una misma certeza:
โEsto reciรฉn empieza.โ

Amanecer entre tรบneles y montaรฑas
๐ 6:45 AM.
El hotel aรบn dormรญa, pero nosotros ya estรกbamos listos.
Viandas preparadas, mochilas al hombro y sonrisas medio dormidas rumbo a una nueva aventura.
El bus llegรณ puntual.
Destino: La Fregeneda, punto de inicio del mรญtico Camino del Hierro.
Desde el primer minuto, la lluvia nos acompaรฑรณ.
Y con ella, el primer desafรญo: un tรบnel de casi tres kilรณmetros, oscuro, hรบmedo, mรกgico.
Solo las linternas y el eco de nuestros pasos rompรญan el silencio.
El Pรกrroco encabezaba el grupo, y tras รฉl, una procesiรณn de almas aventureras buscando โla luz al final del caminoโ.
Veinte tรบneles.
Siete puentes colgantes.
Dieciocho kilรณmetros de historia, hierro y belleza salvaje.
Cada tรบnel revelaba un paisaje distinto: montes, rรญos, barrancosโฆ y esa sensaciรณn de estar cruzando el corazรณn mismo de la naturaleza.
La lluvia no se fue, pero tampoco el entusiasmo.
Al llegar al final, todos coincidimos:
โHa sido una ruta distinta, una ruta preciosaโฆ una misiรณn cumplida.โ

La mesa de los conquistadores
El regreso a Salamanca fue silencioso.
Solo se oรญan las plegarias del Pรกrroco y el murmullo del cansancio feliz.
El hotel nos pareciรณ un oasis.
Una ducha caliente, ropa seca y la frase que marcรณ el destino de la noche:
โยกLa noche es nuestra!โ
Unos salieron de tapeo, otros preferimos una cena de mantel largo.
Allรญ, entre brindis, risas y anรฉcdotas que ya competรญan con las de Julio Verne, naciรณ una nueva leyenda:
โLa mesa de los conquistadores.โ

Domingo de historia y despedidas
A las 8:30 AM, desayuno abundante.
A las 10:30, visita guiada por Salamanca con una experta local que nos mostrรณ cada rincรณn con pasiรณn y detalle.
Las catedrales, los patios universitarios, las leyendasโฆ todo nos recordaba por quรฉ esta ciudad es eterna.
De regreso al hotel, llegรณ el momento que menos nos gusta: la despedida.
Pero antes de irnos, el Pรกrroco lanzรณ su propuesta final:
โยฟOs acordรกis de la pulperรญa del primer dรญa? Pues ya estรก la mesa reservada.โ
Y allรก fuimos, a cerrar el viaje como lo habรญamos empezado:
con tapas, risas y promesas de volver.
El AVE de regreso a Madrid partiรณ puntual, pero nadie lo sintiรณ como un adiรณs.
Porque cuando una ruta te marca, no termina: simplemente te espera.
๐ Hasta el prรณximo destino
Asรญ fue nuestro Camino del Hierro desde Salamanca:
una mezcla de historia, lluvia, tรบneles, puentes y amistad.
Una experiencia que une y transforma, como todas las que vivimos en Cueva del Destino.
๐ Si sientes que este tipo de historias te llaman, si te gusta descubrir lugares รบnicos y vivirlos desde dentroโฆ
te esperamos en la prรณxima aventura.
Porque los caminos se recorren mejor en buena compaรฑรญa.


