Hoy Madrid amaneciรณ distinto. ๐
Los relojes parecรญan jugar con nosotros: para algunos el minutero corrรญa como un rรญo desbordado, para otros se arrastraba como un caracol en cuesta. La razรณn era sencilla: ocho peregrinos estรกbamos afinando los รบltimos detalles para iniciar una nueva aventura en el Camino de Santiago Portuguรฉs desde Tuy.

Desde casi los cuatro puntos cardinales de Madrid fuimos llegando al punto de encuentro: la estaciรณn de Chamartรญn. Allรญ, uno a uno, nos fuimos abrazando con sonrisas que no necesitaban palabras. Una foto para inmortalizar el momentoโฆ y la llamada para subir al AVE no se hizo esperar.
Claro, como buenos peregrinos primerizos (aunque algunos no tanto), nos dimos cuenta de que cada uno estaba en un vagรณn distinto. Pero pronto descubrimos cuรกl serรญa el verdadero punto de encuentro en todo el Camino: el BAR. ๐ท
Fue allรญ donde Sergio, el Pรกrroco, lanzรณ su primer โllamado sagradoโ:
โEstoy en el bar โdijo, y como si de una procesiรณn se tratara, dejamos cada vagรณn para reunirnos. Allรญ empezรณ todo: risas, confesiones, confidenciasโฆ y el Camino, que ya nos iba moldeando antes de dar el primer paso.
Vigo, sorpresas y la llegada a Tuy
Cuando menos lo esperรกbamos, ya estรกbamos en Vigo. La estaciรณn nos recibiรณ escondida en el tercer subsuelo de un centro comercial. Y al salirโฆ la primera gran tentaciรณn: un festival de hamburguesas caseras. Imagina la escena: ocho peregrinos listos para iniciar la rutaโฆ y de pronto rodeados de carne a la brasa y pan artesanal. Por un instante, casi olvidamos que รญbamos rumbo a Santiago.
Un taxi nos condujo finalmente a nuestro primer albergue en Tuy (Tui), esa ciudad fronteriza que serรญa nuestro punto de partida. Allรญ supimos que la historia iba a escribirse de otra manera.
Fue entonces cuando Amada, a quien desde ese dรญa llamamos La Musa del Sendero, nos confesรณ que solo caminarรญa con nosotros dos etapas. Nos desconcertรณ, pero con serenidad nos dijo:
โEl Camino pondrรก a alguien en mi lugar, y no notarรกn mi ausencia.
El silencio fue total, hasta que Sergio, con voz firme, nos invitรณ a โcalentar motoresโ:
โVamos a visitar las murallas de aquรญ cerca, que maรฑana empieza lo bueno.
Primeros sellos y primeras historias
En el recorrido, el llamado de una โhidrataciรณn estratรฉgicaโ nos llevรณ a una taberna. Allรญ Lorena, rebautizada como La Voz Serena, nos convenciรณ de hacer una parada. Fue el lugar perfecto: entre brindis, Sergio nos enseรฑรณ el ritual de colocar el primer sello en nuestra credencial del peregrino. Como un bautismo colectivo, uno tras otro fuimos estampando ese sรญmbolo que marca el inicio de todo.

La caminata nos llevรณ hasta el Puente Internacional de Tui-Valenรงa, frontera entre Espaรฑa y Portugal. Cruzarlo, aunque fuera en sentido contrario a los peregrinos habituales, fue un acto lleno de emociรณn. La vista del rรญo Miรฑo nos dejรณ sin aliento, y Gabriel, a quien desde ese momento llamamos Robert, exclamรณ con asombro:
โQuรฉ paisaje mรกs hermoso.
Subimos luego hasta la fortaleza de Valenรงa, esa ciudad amurallada portuguesa que vigila la frontera desde tiempos medievales. Sus murallas, construidas entre los siglos XVII y XVIII, fueron testigo de guerras y tratados, y hoy protegen calles empedradas llenas de vida. Allรญ, Pilar, convertida en Lucรญa, nos regalรณ una breve lecciรณn de historia, mientras Luisito, ahora nombrado El Guardiรกn de la Paz, nos recordรณ con una sonrisa que, si no apurรกbamos el paso, no llegarรญamos a misa.
Y asรญ fue. Llegamos justo a tiempo a la parroquia local, donde una misa breve y solemne pareciรณ estar escrita para nosotros: una bendiciรณn antes de comenzar.

El silencio antes del amanecer
Esa noche, en el albergue, cada uno se acomodรณ en su litera. El murmullo cesรณ, y un silencio sagrado llenรณ la sala. Era el silencio que solo conocen quienes han estado en la vรญspera del Camino.
Maรฑana, al amanecer, daremos el primer paso. ๐ถโโ๏ธ๐ถโโ๏ธ
El verdadero inicio del Camino de Santiago Portuguรฉs desde Tuy.
๐ ยฟTe animas a descubrir quรฉ sucede en la primera etapa?
La historia continรบaโฆ y crรฉeme, querrรกs caminar con nosotros.