Lluvia, templarios, un samaritano y la mejor pizza de Galicia
🛏️ Una segunda noche con alma de peregrino
La segunda noche en el Camino nos encontró más tranquilos, con el cuerpo agotado pero el corazón en paz. El estrés del inicio y la extrañeza de dormir en literas junto a desconocidos empezaban a ser parte de una nueva normalidad.
A las 7:30 h ya estábamos en pie, listos para desayunar en el Ăşnico bar abierto en el centro de PortomarĂn. Uno a uno fuimos llegando, con esa sonrisa de reencuentro que ya se volvĂa un ritual diario.
—“¿Cuánto caminamos hoy?” —preguntaron varios.
Yo (el GuĂa Espiritual, Gerardo), evitĂ© dar una cifra exacta. No querĂa desmotivar al grupo. Este tramo era largo… y duro.

🚶‍♂️ Una jornada difĂcil pero inolvidable
El camino de PortomarĂn a Palas de Rei es exigente. Por momentos se camina junto a la carretera, las cuestas son desafiantes y el paisaje no siempre regala postales. Pero el sueño del Camino hacĂa que cada metro valiera la pena.
A los pocos minutos de comenzar, volvimos a encontrarnos con Ferli y su tropa de niños.
—“¿Siguen en camino?” —pregunté, medio sorprendido.
—“¡Por supuesto, hasta el final!” —respondió ella con una sonrisa.
Los niños me reconocieron y se lanzaron a saludar. Fue un momento tierno y divertido.
En el cruce de caminos tras el puente, Ferli me preguntó por cuál ruta seguir.
—“Siempre por el camino histórico,” —contesté con firmeza.
Nos despedimos entre sonrisas, mientras el barullo infantil se alejaba lentamente.
🌧️ Galicia nos pone a prueba
Nos adentramos en la vegetaciĂłn espesa de Galicia. El canto de los pájaros y el silencio del bosque nos envolvĂan como un susurro sagrado. Cada uno caminaba en introspecciĂłn, como en una procesiĂłn personal.
Y entonces…
¡La lluvia!
EntrĂł en escena sin previo aviso. La improvisaciĂłn fue cĂłmica. Cada uno sacĂł su equipo de agua al mejor estilo «superhĂ©roes peregrinos». Nos bautizamos con apodos por lo graciosos que nos veĂamos.
Y, como si Galicia nos estuviera gastando una broma… la lluvia parĂł en cuanto estuvimos listos.
Un peregrino con acento gallego murmurĂł al pasar:
—“¡Bienvenidos a Galicia!”
Las risas no tardaron. Seguimos caminando con la piel hĂşmeda y el alma viva.

⛪ La ermita templaria de Ventas de Narón
Llegamos a Ventas de Narón, una pequeña aldea con una joya oculta: la Capela da Magdalena.
Allà conocimos a Eladio, el guardián del sello templario, un hombre no vidente con un humor especial.
Nos pidió que colocáramos el pasaporte sobre la mesa y que le diéramos la mano para estampar el sello.
Todo era calidez… hasta que alguien intentó agarrar el sello directamente.
—“¡Eso no se hace!” —dijo Eladio mientras recuperaba su “visión”.
Todos estallamos en carcajadas. Eladio era Ăşnico.
La fila era larga, y mientras esperábamos, conocimos a peregrinos de todo el mundo. Historias cruzadas, anécdotas emocionantes, acentos diversos. Un verdadero crisol de humanidad.

📌 El Camino también tiene normas
Raquel, la Sra. OrganizaciĂłn, no dejĂł pasar el detalle:
—“¡No olviden tener dos sellos por dĂa para conseguir la Compostela!”
Y si alguien se lo tomó en serio fue el Párroco (Sergio), quien llenó tanto su credencial que al final del Camino no le quedaba ni un hueco para sellar.

🛏️ La llegada a Palas de Rei
Tras casi 25 kilómetros bajo lluvia intermitente, llegamos a Palas. Yo, el último en llegar, me acerqué al albergue para realizar el check-in.
AllĂ, sentado en la entrada, un joven con rostro cansado y ojos vidriosos llamaba la atenciĂłn. No le di importancia… hasta que dos de nuestras compañeras me dijeron:
—“No tiene dónde dormir. Tenemos una cama libre, ¿qué hacemos?”
Nos miramos. DudĂ© por un segundo, pero lo comprendĂ: era nuestra obra buena del dĂa.
—“Ocupen sus camas. Yo hablaré con él.”
Me senté a su lado, escuché su historia (que no contaré por respeto) y logré que el conserje lo alojara.
🍕 El dilema: ¿Dónde cenamos?
La ciudad estaba a tope por Semana Santa. No habĂa sitio en casi ningĂşn restaurante.
Entonces lancé una pregunta clave a una dependienta de supermercado:
—“¿Dónde comen los parroquianos de Palas?”
—“¿Qué quieren comer?”
—“Pizza.”
—“Vayan con José, les hará la mejor pizza de Galicia.”
Pero antes… tenĂamos que ir a misa.
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A las 19:00 h estábamos todos listos.
Entramos a la iglesia de Palas de Rei, y lo que vivimos allĂ fue mágico. El sacerdote comenzĂł preguntando de dĂłnde venĂamos, y fue saludando en el idioma de cada paĂs:
MĂ©xico, Corea, Colombia, EE.UU., JapĂłn, Francia, Gran Bretaña… y sĂ, tambiĂ©n Argentina y España.
Nos quedamos maravillados. La calidez del sacerdote, su empatĂa, su humor… hicieron de esa misa una de las más memorables.
Recibimos la bendiciĂłn del peregrino. Y por supuesto, un nuevo sello para nuestra credencial.

🍽️ Pizza, una argentina y a dormir
En la pizzerĂa de JosĂ©, mientras esperábamos mesa, conocĂ a Ana, una argentina de Mar del Plata. Al escucharme hablar, me saludĂł. Intercambiamos risas y buenos deseos.
Luego, nos sentamos todos. Las pizzas llegaron rápido y eran deliciosas.
Fue el final perfecto para una jornada inolvidable.
Ya de regreso en el albergue, cada uno encontró su litera, su mochila, su silencio…
Y nos fuimos a dormir sabiendo que el Camino, una vez más, nos habĂa transformado.
📍 Curiosidades de Palas de Rei (segĂşn la guĂa del mayorista):
- Palas de Rei significa “Palacio del Rey”, y se asocia a visigodos y reyes gallegos.
- Es uno de los pueblos más importantes del tramo final del Camino Francés.
- Tiene varias iglesias románicas y una fuerte tradición jacobea.
- Su entorno está lleno de aldeas y pequeños castros de origen celta.
