Capítulo 2: Encuentro en el Andén Mágico

Desde Madrid hasta Sarria… comienza la verdadera aventura del Camino de Santiago

✨ Introducción

Todo comenzó con un mensaje. No uno cualquiera, sino uno que llevaba meses gestándose entre listas de WhatsApp, mapas de Galicia y corazones latiendo fuerte:
“Nos vemos en Chamartín.”

Y ahí estábamos. Siete peregrinos con mochilas cargadas de ilusión, sonrisas cómplices y nervios disfrazados de chistes malos. Años de planes, de postergaciones y de sueños finalmente se materializaban. El Camino nos esperaba.

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👥 El reencuentro en Madrid

El hall de Chamartín fue testigo de abrazos intensos, carcajadas inesperadas y miradas que decían más que cualquier palabra.
La Chef Michelin (Manuela) trajo galletas caseras “por si el viaje se alarga”, mientras que Miss Colombia (Teresita) apareció como una estrella de telenovela, con su mochila reluciente y su perfume floral.

El Guía Espiritual (Gerardo) llegó silbando un tango, mientras que La Senderista (Olga) asintió en silencio, como si ya estuviera escuchando el murmullo de los árboles gallegos.

El Párroco (Sergio), con su bastón decorado con una cruz, lanzó la bendición del día:
—»Que no se nos pierda nadie… aunque eso ya es pedir demasiado.”

Y por supuesto, allí estaba La Rectora (Almudena), con su elegancia natural y su porte sereno. Traía un libro de Paulo Coelho en una mano y una infusión relajante en la otra.
—“Este viaje es un curso intensivo del alma”, dijo con una sonrisa suave. “Y todos estamos listos para aprender.”

Fue entonces cuando sucedió lo inevitable:
“¿Y Raquel?”
Un suspiro colectivo.
Un segundo después, el grupo recibió la señal divina en forma de WhatsApp:

“Ya estoy arriba del tren. Vagón 6. Os espero con el Excel en la mano 😎.”

La Sra. Organización, como buena estratega, ya había tomado posición de avanzada.


🍷 El vagón del destino

El AVE salió puntual, como si incluso el tiempo entendiera la importancia de aquel momento. A los pocos minutos, nos encontramos todos en el vagón cafetería. Las sonrisas eran tan sinceras que parecía el cumpleaños de cada uno.

Entre café con leche, bocadillos y alguna que otra cerveza, compartimos el secreto que nos unía: habíamos venido por algo más que kilómetros.
Unos buscaban respuestas. Otros, despedidas. Y algunos simplemente… caminar.

Pero esa parte, querido lector, no te la contaremos. Aún.

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👨‍👩‍👧‍👦 La invasión inesperada

Fue en medio de esa charla íntima cuando las puertas del vagón se abrieron como si fuesen portales mágicos.
Entraron diez personas. Cinco de ellos, niños.
Saltaban, reían, corrían como si el vagón fuese un parque temático sobre ruedas.

Y entonces, la voz de una mujer vibró con fuerza: —“¡Vamos, chicos! ¡Nos espera una gran aventura! ¡Hacemos el Camino de Santiago todos juntos!”

Nos miramos.
—¿Con niños?
—¿Desde Sarria? ¿TODOS?
Era Ferli, la madre de la tribu, la inesperada octava pasajera de esta historia.


🌧️ Sarria nos da la bienvenida

Casi cinco horas después, el tren nos dejó en tierras gallegas.
Sarria, ese punto de partida emblemático del Camino Francés, nos recibió como solo Galicia sabe:
con una lluvia suave y melancólica, de esas que enamoran.

Según la guía del mayorista, Sarria es ideal para los peregrinos: su historia, sus iglesias, sus albergues, sus bares con menú del peregrino.
Y allí estábamos, caminando por sus calles empedradas con nuestras mochilas a cuestas y el alma ligera.


🛏️ El albergue, las credenciales y… la sorpresa

El albergue reservado nos recibió con calidez. El conserje, un gallego de voz pausada, nos entregó las credenciales del peregrino y nos explicó el ritual de los sellos, los horarios de cierre, y cómo iniciar cada jornada con fe… y buen desayuno.

La Rectora, que ya había leído tres reseñas sobre el albergue y una tesis sobre la compostelana, preguntó por la historia del edificio.
El conserje sonrió:
—“Aquí han dormido santos, poetas… y alguna que otra historia de amor.”

Pero el destino tenía una carta más bajo la manga:
Ferli apareció en recepción. Sin reserva.
—“¿Queda alguna cama?”
Y como si el universo quisiera que nuestros caminos se unieran, una habitación más estaba disponible. Ferli y su pequeña tropa también dormirían allí.

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🍷 La primera cena del Camino

Esa noche nos fuimos todos a una vieja cantina de Sarria.
La dueña nos recibió como si nos estuviera esperando desde hace años. Nos ubicó en una mesa larga, de esas que parecen tener alma.
Pedimos pulpo, caldo gallego, pan crujiente, vino tinto y postre casero.

Las risas llenaron el lugar.
Las anécdotas comenzaron a rodar.
Y la hora de cierre del albergue se acercaba peligrosamente…

Pagamos, agradecimos, y salimos a la calle con esa emoción que solo se siente cuando sabes que algo grande está por comenzar.


🌌 Cierre

Aquella noche, mientras cada uno se acurrucaba en su litera, ocurrió algo especial:
cerramos los ojos, pero el corazón se quedó despierto.

Porque el Camino de Santiago no empieza cuando caminas.
Empieza cuando decides soñar con caminar.


📍Curiosidades de Sarria (según nuestra guía de viaje):

  • Sarria es el punto de partida más popular del Camino Francés.
  • Su iglesia de Santa Mariña tiene pinturas que aluden a la Santa Compaña.
  • El Paseo del Malecón es ideal para un paseo al atardecer.
  • Desde aquí comienzan los últimos 111 km para conseguir la Compostela.
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