De día y de noche, aquí siempre hay ambiente. Esta es una ciudad para pasear y disfrutar, con playas en pleno centro y, presidido por la Torre de Hércules, un largo Paseo Marítimo que la rodea casi por completo.
Los coruñeses tienen fama de vivir bien, así que sigue sus costumbres. Siéntate en una terraza en la Plaza de María Pita y descubre su apasionante historia. O pasea por los Cantones y admira sus famosas galerías de cristal, de estilo modernista. Y si quieres ir de compras este es el sitio perfecto, sobre todo si quieres vestirte de moda.
Además, A Coruña tiene excelentes museos como el de Bellas Artes, la Casa de las Ciencias, el Domus o el Arqueológico, en el Castillo de San Antón. Y al atardecer, nada como el acogedor y romántico Jardín de San Carlos o si prefieres animación, los Jardines de Méndez Núñez, en pleno centro. Aquí está el Kiosko Alfonso, hoy sala de exposiciones y antes un cine con dos salas divididas por la pantalla, de modo que se pagaba una entrada más barata… viendo la película por detrás..
Una de las experiencias más inolvidables que el visitante puede llevarse de A Coruña, y de Galicia, es la contemplación de un atardecer desde la Torre de Hércules.
El sol va desapareciendo en el Finisterrae atlántico, con un paisaje de sueño, delante del único faro romano del mundo aún en funcionamiento, a lo que acompaña un parque escultórico con figuras que representan los orígenes legendarios de la torre y de la ciudad: Ártabros, de Arturo Andrade; Breogán, de Xosé Cid; Caronte, de Ramón Conde; Hércules y Gerión, de Tim Behrens y José Espora; y el bosque de menhires de Manolo Paz.
La Torre es obra de principios del s. II del arquitecto de Coimbra Cayo Sevio Lupo. Presenta el aspecto exterior que en 1791 le otorgó la reforma de los ingenieros E. Giannini (autor de los planos) y J. Elejalde.
Fuente: Comunidad de Galicia